1. Introducción1
Abreviaturas utilizadas: AGRM = Archivo General de la Región de Murcia; RAH = Real Academia de la Historia.
⌅El estudio de la escritura prehumanística ha ocupado un destacado lugar durante los últimos años entre las líneas de investigación desarrolladas en el campo de la epigrafía medieval en nuestro país. Frente a la tradicional desatención recibida, este fenómeno gráfico propio de finales de la Edad Media comienza a protagonizar un número mayor de estudios2
El trabajo que presentamos en estas páginas tiene por objetivo ofrecer una interpretación de este fenómeno a partir del análisis sobre su introducción y desarrollo en el conjunto epigráfico de la región de Murcia, marcado por unos condicionantes sociohistóricos particulares. En efecto, el territorio de la actual provincia de Murcia muestra unas características durante la Baja Edad Media que desfavorecieron el desarrollo de la actividad epigráfica en condiciones de normalidad. La condición de marca fronteriza limitó y transformó el hábito epigráfico que se desarrolló a un ritmo diferente y con unas características distintas a las que observamos en otras regiones peninsulares para el mismo periodo. En este trabajo, analizamos cómo estas singularidades afectaron al modo en el que se introdujo la escritura prehumanística, la forma que adquirió este alfabeto y el tipo de inscripciones que hicieron uso de ella. Asimismo, exponemos nuestra interpretación de este fenómeno desde el marco conceptual y metodológico propuesto por el proyecto Corpus Inscriptionum Hispaniae Mediaevalium.
Son un total de ocho inscripciones y conjuntos epigráficos ejecutados en escritura prehumanística los que se conservan en la provincia y, en su mayoría, están compuestos por inscripciones vinculadas a la ornamentación escultórica de espacios arquitectónicos. Ofrecemos en estas líneas un análisis pormenorizado de este grupo epigráfico poniendo especial atención en el estudio de sus características gráficas, su evolución y los objetivos que persiguieron sus autores a fin de comprender los factores que determinaron la elección de esta escritura frente a otras. Lo hacemos con el objetivo de actualizar y profundizar en las conclusiones obtenidas a partir del estudio particular de algunos testimonios que componen este conjunto3
2. La escritura prehumanística: marco conceptual
⌅La epigrafía medieval española ha asumido como nomenclatura para este tipo de escritura la traducción directa del término alemán Frühhumanistische Kapitalis, acuñado por Rudolf M. Kloos en su estudio y edición del material epigráfico de la ciudad de Múnich en 1958.4
La academia alemana, con una amplísima y consolidada tradición en los estudios de epigrafía medieval, continúa siendo referente en el estudio de la prehumanística en el ámbito epigráfico.6
Aunque el término prehumanística pueda ser objeto de debates sobre su idoneidad —como así lo ha sido en la propia academia alemana—7
La escritura prehumanística, en conclusión, no es una escritura en transición hacia otras formas, sino una solución original y representativa de un periodo de transición y profundos cambios culturales y estéticos que pretende dar respuesta a nuevas necesidades en el campo escriturario. La expansión de las ideas humanistas y el ambiente que propició la reacción antigótica12
La Italia de Petrarca que impugnaba la escritura gótica por un exceso de atribuida artificiosidad también fue el escenario de la reforma humanística que, en el ámbito de las escrituras de aparato, recuperó las capitales de las inscripciones romanas14
Desde su creación en la Italia de principios del Quattrocento se expandió rápidamente hacia otras regiones de Europa. Sin embargo, su arraigo resultó dispar en los diferentes territorios y en ningún caso llegó a desplazar —como sí lo hará la humanística— a la gótica como primera escritura epigráfica. Por el contrario, los alfabetos prehumanísticos tuvieron siempre un uso limitado y, en no pocas ocasiones, supeditado a su valor ornamental.
La cronología de la llegada de esta escritura a nuestro país ha sido recientemente adelantada a la década de 1440, penetrando por, al menos, dos vías de entrada: desde la propia Italia con la que los intercambios culturales eran constantes y desde el norte europeo, especialmente el área flamenca, dónde los modelos italianos fueron asimilados, adaptados y exportados.17
La amplia versatilidad que demuestran los alfabetos y la multiplicidad de resultados que producen no son un obstáculo para señalar una serie de rasgos comunes en ellos que permiten incluirlos en esta categoría. Walter Koch, basándose en las diferentes combinaciones y rasgos que presenta este fenómeno en el registro epigráfico alemán, destaca unas características dominantes —que no exclusivas— y señala el uso mayoritario de algunas grafías características como la M de influencia bizantina (a veces utilizada con el valor de H)21
3. Las inscripciones en prehumanística de la provincia de Murcia
⌅El conjunto epigráfico murciano bajomedieval y de la transición a la Edad Moderna nos ofrece un total de ocho inscripciones y conjuntos epigráficos que emplean alfabetos prehumanísticos. Las inscripciones que lo componen fueron ejecutadas en una horquilla cronológica que arranca a mediados del siglo XV y se prolonga hasta 1524, fecha que nos ofrece el ejemplar más tardío de esta escritura en la región. En este sentido, la provincia de Murcia no aporta novedades sobre la cronología de la introducción y su pervivencia en el contexto peninsular.
El grupo epigráfico en prehumanística es en términos cuantitativos análogo al escenario que encontramos en el resto de conjuntos provinciales estudiados hasta el momento.23
Entre los siglos XIII y XV se perpetuaron en el territorio de la actual provincia unas condiciones de crisis económica y demográfica generalizadas que derivan de la peligrosidad y la inestabilidad de la triple frontera en la que se estuvo encajado. Durante este periodo, la región se convirtió en un territorio militarizado que sostenía una débil red de poblamiento compuesta de pequeños núcleos amurallados donde la escasa población se refugiaba reaprovechando los recintos, infraestructuras y los edificios del periodo islámico. El crecimiento urbano estuvo limitado por la urgencia militar y la construcción de grandes programas arquitectónicos civiles y religiosos quedó postpuesta ante la necesidad de garantizar una eficaz arquitectura defensiva. La producción epigráfica de este periodo fue muy limitada y se desarrolló a través de rogatarios ocasiones26
Este escenario poco favorable para el desarrollo de una producción epigráfica estable comenzó a revertirse lentamente durante el siglo XV gracias a los avances militares en la frontera con Granada y la tímida reactivación de los procesos repobladores. En los pequeños núcleos de población se estructuró una élite urbana que, conjunto a las instituciones de gobierno instaladas en el territorio —adelantamiento y obispado—, iniciaron procesos constructivos destinados a modificar y mejorar la fisionomía de los espacios urbanos, especialmente en la ciudad de Murcia.
Al calor de esa incipiente actividad constructiva se desarrolló una producción epigráfica limitada para cumplir con necesidades concretas como materializar epígrafes integrados en programas ornamentales o difundir mensajes sobre la identidad de sus benefactores. Estas inscripciones tuvieron como autores materiales a operarios especializados e integrados en los talleres escultóricos y arquitectónicos que comienzan a operar en la región.
Aquellos operarios que disponían de las habilidades caligráficas necesiarias y conocían los procesos técnicos para materializar las inscripciones que acompañaban a las obras escultóricas27
Disponemos de una información limitada sobre cómo se materializaron las inscripciones de este grupo, lo cual dificulta nuestra capacidad de trazar las vías de entrada de la prehumanística en la región. El testimonio que más temprano de esta escritura nos lo ofrece el conjunto de explanationes intitulativae emplazadas en la portada de los Apóstoles (véase inscripción 1), obra atribuida por los historiadores e historiadores del arte al maestro Diego Sánchez de Almazán y al trabajo de trazadistas de origen valenciano.28
El silencio documental sobre la construcción de la portada de los Apóstoles nos impide confirmar la procedencia de estos rogatarios que por primera vez introdujeron la prehumanística en el contexto murciano. Si bien, algunos autores han destacado las similitudes formales de este espacio con la portada homónima de la catedral de Valencia,29
Coetánea a este grupo de inscripciones, y vinculada también al taller del maestro de Almazán, es la explanatio intitulativa de la estatua de San Cristóbal (véase inscripción 2) procedente de la portada gótica original de la Catedral de Murcia, la cual ofrece unos elementos externos caracterizados por la sencillez homologable al conjunto de la portada de los Apóstoles.
Posterior a ellas, encontramos el conjunto epigráfico de la bóveda de los dragones en la iglesia de Santiago en Jumilla (véase inscripción 3). Las obras de este templo arrancan en los años finales del siglo XV, en un periodo de crecimiento económico y demográfico tras la incorporación de la ciudad al señorío del marqués de Villena. La labra gótica del templo ha sido atribuida al maestro Juan de León,31
Si bien, en el grupo epigráfico en prehumanística emplazado en la provincia de Murcia destacan por sus elementos externos e internos, las tres inscripciones de la capilla de los Vélez (véase inscripción 5, 6, 7) que hacen uso de ella. La autoría de este espacio arquitectónico ha resultado una incógnita para los historiadores que vienen atribuyéndola a maestros, probablemente vinculados al entorno de la corte real, desplazados a la región para dirigir su construcción.33
Descartamos también la posibilidad de interpretar este texto como parte de una hipotética divisa personal de cualquiera de los adelantados implicados en la construcción de la capilla. En primer lugar, resultaría extremadamente singular que no se hayan conservado más representaciones materiales de este emblema de distinción personal tan popular en las últimas décadas del siglo XV, especialmente al tratarse de dos personajes de destacada relevancia en la vida política del reino. En segundo lugar, parece complicado encontrar razones que justifiquen la escasa visibilidad que proporciona su emplazamiento para un elemento emblemático de identificación personal, teniendo en cuenta el lugar destacado que se otorga a la heráldica en la ornamentación del edificio. En tercer lugar, las divisas acostumbraban a componerse de un elemento textual y uno iconográfico (si bien esto nunca fue regla fija o una norma, sí supuso una práctica altamente generalizada), el cual es inexistente en esta composición.
Por el contrario, creemos más acertado relacionar la inscripción con la cadena que ornamenta el muro exterior de la capilla o con el conjunto escultórico situado a escasos metros de ella en el que se representa al apóstol Santiago38
Las inscripciones en prehumanística de la capilla de los Vélez exhiben un grado de perfección técnica superior y una mayor complejidad en la composición de sus textos ajenos a los rasgos generales que conocemos para el contexto de producción murciano. Si bien debieron ser materializadas de un modo similar al resto del conjunto en prehumanística —a partir de profesionales especializados que se integran en el taller—, nos encontramos ante un rogatario profesional y técnicamente superior a aquellos que ejecutaron las inscripciones anteriores.
El conjunto se cierra con el monumentum aedificationis del castillo de los Vélez (véase inscripción 8). Se trata de un texto sencillo que notifica la comitancia de las obras de esta destacada edificación en la villa de Mula, residencia del adelantado mayor. La correcta identificación del Luis Fajardo protagonista de este epígrafe ha supuesto un problema para la historiografía,39
Como anteriormente hemos expresado, son todas fruto de una actividad epigráfica subordinada a la expansión arquitectónica que lentamente la región comienza a experimentar durante la segunda mitad del siglo XV. La «epigrafía de urgencia» que había caracterizado la producción bajomedieval progresivamente fue dando paso a una producción epigráfica más estable y superior en términos cuantitativos y cualitativos que, sin embargo, no pudo desprenderse de su posición subalterna respecto a la actividad arquitectónica y escultórica hasta bien entrado el siglo XVI.
El grupo en prehumanística se enmarca por completo en este contexto productivo y se compone de inscripciones con un destacado valor ornamental que se integran en las composiciones escultóricas —escudos de armas, filacterias sostenidas por personajes, claves de bóvedas, etc.— producidas por talleres asentados en la región y talleres profesionales que se desplazan a ella para cumplir con encargos específicos.
Adicionalmente, hemos incluido en este estudio un epígrafe desaparecido ejecutado sobre el conocido como retablo de la Fuensanta (véase inscripción 4). El emplazamiento original de esta obra, su procedencia y su autoría son desconocidas, aunque las noticias conservadas sobre la historia de la tabla confirman que en determinados periodos estuvo custodiada en el templo Catedral.41
4. Rasgos gráficos de la prehumanística en el conjunto murciano: paleografía epigráfica
⌅En rasgos generales, los alfabetos prehumanísticos que encontramos en las inscripciones murcianas se caracterizan por utilizar formas gráficas escasamente ornamentadas que componen alfabetos sencillos formados por la combinación de letras capitales y unciales procedentes de los ciclos gótico y carolino, además de incorporar otras soluciones innovadoras. Estos rasgos austeros contrastan con el artificio que la prehumanística llega a alcanzar en otros contextos y son consecuencia de una producción epigráfica subsidiaria y dependiente del trabajo de los talleres escultóricos y arquitectónicos instalados en la región.
Son precisamente los ejemplos vinculados a la producción de la fábrica de la Catedral —los más tempranos del grupo estudiado— los que exhiben una prehumanística más austera, con muy limitadas variaciones en las letras y un uso preferente de las formas capitales. En ellos encontramos una escritura artificiosa que combina grafías de diferente procedencia con un predominio claro de las formas capitales en búsqueda de una solución alejada de los modelos góticos.
Estas inscripciones, además, se caracterizan por reproducir sencillas intitulaciones de las figuras escultóricas a las que acompañan, limitando así la posibilidad de introducir grandes ornamentos en su forma. Ante el uso mayoritario de formas capitales en este reducido grupo contrasta la introducción de variantes como la A con el travesaño quebrado y línea superior horizontal, la D capital abierta en el extremo superior, el uso indistinto de E uncial y capital, la introducción de una forma de I con un trazo curvado en el extremo inferior, la Z en forma de 3 y la recuperación de la M uncial gótica, utilizada indistintamente con la M capital. A fin de aumentar el valor estético de la escritura, algunas letras ensanchan ligeramente su trazo en los extremos, como podemos apreciar en I, H, R, T y, más claramente, en A. Estos ensanchamientos se convierten en remates triangulares muy pronunciados en M y en S.
El resultado en estos conjuntos es una escritura artificiosa compuesta por una combinación de grafías procedentes del alfabeto capital, los ciclos gótico y carolino que muestra un resultado sencillo e incluso rústico en algunas ejecuciones.
La versión de la prehumanística que encontramos en el conjunto de las invocationes y explanationes de la iglesia de Santiago en Jumilla, datado en la segunda mitad del siglo XV, muestra unos resultados que contrastan con el grupo de la Catedral. Mucho más ornamental, su alfabeto se caracteriza por la profusión de formas de ejecutar una misma letra y la combinación de soluciones novedosas con minúsculas agrandadas y letras procedentes del alfabeto capital y uncial.
Sobresalen las diferentes versiones de A que componen su alfabeto, con múltiples variaciones del modelo de travesaño quebrado, muy popular en la epigrafía del siglo XIII, con línea horizontal superior prolongada hacia ambos lados o solo hacia la izquierda. Letras como B, G, E y R introducen formas minúsculas agrandadas que se inspiran en los modelos humanísticos que comienzaban a popularizarse44
Finalmente, los ejemplos que atribuimos a talleres foráneos —capilla de los Vélez y Castillo de Mula— ofrecen una prehumanística más acorde a las tendencias que conocemos en otros espacios de la Península Ibérica. Sus grafías estilizadas no introducen grandes variaciones en las formas de las letras utilizadas, solamente las observamos en el conjunto de la capilla de los Vélez limitándose a los diferentes modelos de A, la E en su versión capital y uncial, la M capital que en algunos casos introduce un trazo recto prolongado en la intersección central, dos diseños de O y la introducción de una S de doble curva de inspiración gótica.
Estas inscripciones destacan por el uso en sus alfabetos eclécticos de algunas formas originales como la peculiar A sin travesaño, B minúscula agrandada, la D uncial cuadrada y la O «arriñonada». La habilidad técnica de sus rogatarios queda demostrada por la utilización de recursos en búsqueda de un resultado decorativo mayor, a través del uso recurrente de inserciones y nexos en el conjunto de la capilla y de remates triangulares y geminados en el monumentum del castillo.
Todos los ejemplos estudiados utilizan letras que ofrecen un módulo grande y una relación armónica entre su altura y anchura, aunque es apreciable una tendencia a la verticalidad en ejemplos como la explanatio intitulativa de San Cristóbal y, especialmente, en la explanatio clypei de las armas de Chacón.
Ninguna de las inscripciones del grupo ofrece una versión de la prehumanística que podamos calificar como una escritura pesada, a excepción de algunas grafías procedentes del conjunto epigráfico de invocationes y explanationes de la iglesia de Santiago de Jumilla. Nos referimos a letras como la O, la N o la P que se realizan mediante un ductus que alterna trazos gruesos y finos.
Entre los rasgos que Walter Koch señaló como dominantes de la escritura prehumanística47
El gusto por la verticalidad y las formas alargadas tampoco es un rasgo distintivo de la prehumanística murciana, limitado solamente a dos ejemplos. Los alfabetos que estudiamos se caracterizan por ofrecer soluciones austeras que basan su carácter ornamental en la introducción de formas de letras originales y poco comunes, rompiendo así con una aparente uniformidad. Entre ellas destacan especialmente la A sin travesaño, la D uncial cuadrada y la D capital abierta en el extremo superior, la G minúscula agrandada, la O arriñonada, la Z en forma de 3, algunas letras de inspiración gótica como la M o la V y, especialmente, la M de influencia bizantina.
A partir del análisis de las formas gráficas que detallamos a continuación, observamos la repetición de algunas de ellas como rasgo característico: la introducción de la B minúscula agrandada, el uso indistinto de la E capital y uncial, y la forma de R capital con el ojo abierto en la parte inferior.
Como decimos, los caracteres morfológicos de la prehumanística en Murcia (cuadro 1) ofrecen una amplia variedad de formas a pesar de la tendencia a la sobriedad y la ausencia de ornamentos generalizada. Aunque esta diversidad formal se puede justificar a través de las diferentes influencias y alfabetos empleados por rogatarios distintos, lo cierto es que algunos epígrafes ofrecen resultados diversos para una misma letra.
La A parte siempre de la forma capital a la que se añade un trazo horizontal en la zona superior, centrado u orientado hacia la izquierda de la letra. Las variantes también ofrecen combinaciones con un trazo central quebrado, de línea recta o sin él. En las inscripciones de la capilla de los Vélez encontramos también una versión de la A que integra el trazo horizontal superior en el ductus de la letra.
La B se muestra como una de las letras más características de las prehumanísticas murcianas. Aparece ejecutada con forma de minúscula agrandada o de Б cirílica que se obtiene a partir de un trazo vertical con remate, hacia la derecha o la izquierda, y un trazo curvo que cierra sobre sí misma sin llegar a unirse. También encontramos en el conjunto de la Iglesia de Santiago en Jumilla una versión ejecutada mediante un único trazo curvo cerrado sobre sí similar a una G.
La C se presenta como una de las letras más regulares de los alfabetos prehumanísticos, introduciendo variaciones solamente en elementos ornamentales como la inclusión, o no, de remates en sus extremos o en el grado de la curvatura del arco.
La D y la E alternan las formas unciales y capitales con ligeras modificaciones en sus trazados mostrando una cierta tendencia a estrecharse y alargarse. Destaca el modelo de D uncial que utiliza el monumentum aedificationis del castillo de los Vélez obtenido con dos trazos rectos y una curvatura que termina en un trazo geminado hacia el interior de la letra.
La G aparece en el conjunto con dos versiones distintas. En el conjunto de inscripciones de la Iglesia de Santiago en Jumilla la encontramos en forma de minúscula agrandada abierta por abajo. La segunda variante la encontramos en las inscripciones de la capilla de los Vélez y presenta su forma capital obtenida a partir de un único trazo curvado en espiral sobre sí mismo.
La I muestra variantes que parten de su forma capital de un único trazo vertical recto, que tiende a ensancharse en sus extremos, al que incluyen elementos decorativos como remates en sus extremos o un nudo ornamental en el centro. Merece ser destacada la forma empleada en el conjunto epigráfico de la portada de los Apóstoles de la Catedral que presenta una curva hacia la izquierda en la parte inferior del trazo.
La M generalmente se presenta en su forma capital de brazos rectos con modificaciones en el modo que convergen los trazos centrales. Además del ejemplo de la M de influencia bizantina ya mencionado, destacamos el uso de la versión uncial de tipo gótico en las inscripciones de la portada de los Apóstoles.
Por su singularidad destaca también la peculiar forma de O que encontramos en la explanatio clypei de las armas de Chacón. Esta inscripción nos ofrece una forma «arriñonada» mediante la unión de dos circunferencias, la superior ligeramente menor que la inferior, emulando la forma que podemos encontrar en ejemplos carolinos de otros territorios peninsulares.48
Todas las P parten del modelo capital. En las inscripciones de la iglesia de Santiago aparece con una de las formas más ornamentadas y complejas, similar a la I con el nudo ornamental de la que se extienden dos trazos curvos. En las inscripciones del conjunto de la capilla de los Vélez la forma de P capital utiliza un diseño de estilo gótico que agranda desproporcionadamente el ojo y extiende un tercer trazo horizontal en el extremo inferior de la letra.
El único modelo de Q empleado consiste en su forma uncial obtenida a partir de un único trazo curvo en espiral.
La R en forma capital aparece ejecutada en todos los ejemplos con el ojo de la letra abierto en su extremo inferior. Destaca un ejemplo de minúscula gótica agrandada en el conjunto de la Iglesia de Santiago que consiste en una forma de 2 similar a la que se desarrolla en la littera textualis cuando acompaña a una letra con una curva convexa a la derecha.
Merecen ser destacadas algunas V que localizamos en el conjunto de la iglesia de Santiago. La primera parte de la forma capital de trazos rectos y desarrolla en el punto de convergencia un trazo curvado hacia el exterior. La segunda se trata del modelo de V típicamente gótica que tiende a cerrarse sobre sí y desarrolla un trazo curvo hacia el exterior.
El único ejemplo de Z aparece en el conjunto de la portada de los Apóstoles y presenta la forma de 3 mediante dos trazos curvos.
Letras como F, H, L, N, T, S o X no ofrecen variantes y siempre se ejecutan mediante el ductus de su forma capital. Los únicos cambios que encontramos en esta grafía responden al estilo de cada rogatario en cuanto a grosor de trazado o la introducción de ornamentos como los remates en el extremo.
En todas las inscripciones estudiadas las abreviaturas apenas están presentes. Solamente encontramos unos muy reducidos ejemplos en el conjunto de inscripciones de la iglesia de Santiago marcados mediante un punto circular sobre la palabra abreviada y una especie de línea diagonal sobre la P de plena. El resto de las palabras abreviadas no aparecen indicadas por ningún signo general o especial.
Las interpunciones (cuadro 2) responden a los rasgos generales de sencillez que presenta esta escritura en el conjunto murciano. En todos los ejemplos conservados se presentan con la forma común de punto central o de dos o tres puntos alineados verticalmente, que de manera mayoritaria son romboidales o triangulares. En las explanationes intitulativas del conjunto de la portada de los Apóstoles algunas interpunciones muestran versiones más ornamentales o de reminiscencias góticas, desarrollando un trazo curvo que une a modo de S los puntos que la componen.
El empleo de nexos, letras inscritas y cruzamientos (cuadro 3) es inexistente en la mayoría de las inscripciones estudiadas, lo que contrasta con la profusión de estos recursos que observamos en en el grupo de la capilla y de los Vélez y, especialmente, en la explanatio clypei del escudo de Chacón. En este caso estos recursos, que sin duda alguna representan una marca de taller, contribuyen a «embellecer» y reforzar el carácter ornamental de esta escritura. Salvo un único caso de tres letras (TVR) los nexos se forman a partir de la unión de los trazos de dos letras siendo VE el más común, pero también ME, RP, AN y AR. Las inserciones son aún más comunes, aprovechando el espacio cerrado que se genera entre los trazos de aquellas grafías como D, P, O y B, pero también entre los brazos de M o V, para grabar en ese espacio grafías con un módulo menor. Solamente existe un caso doble en el que bajo los brazos de M se inserta en una O que, a su vez, tiene una S con un módulo todavía menor en su interior.
Finalmente, nos detenemos en las invocationes del desaparecido retablo de «la Fuensanta» y que hemos podido conocer a partir de la colección de fotografías sobre patrimonio histórico-artístico.49
El retablo ha sido datado según criterios estilísticos en la segunda mitad del siglo XV. Sin embargo, la imposibilidad de analizar paleográficamente la escritura del manto de la Virgen y comparar sus rasgos con la invocatio nos obligan a plantear como provisionales nuestras conclusiones sobre esta última inscripción. Sus rasgos, aunque en sintonía con los que conocemos para la escritura prehumanística, bien podrían corresponder con los que ofrecen algunas inscripciones en capital humanística de la segunda mitad del siglo XVI, las cuales se caracterizan por introducir formas novedosas y ajenas al polo de atracción gráfico de la epigrafía romana que tienden a barroquizar la escritura —profusión de nexos e inserciones, introducción de rasgos ornamentales, letras invertidas, etc.—.50
5. Conclusiones
⌅Ofrecemos en estas líneas un exhaustivo análisis paleográfico de las manifestaciones epigráficas en escritura prehumanística emplazadas en el territorio de la actual provincia de Murcia. Los ocho conjuntos epigráficos estudiados son el vestigio de una producción condicionada por los factores socioeconómicos que limitaron el desarrollo en condiciones de normalidad de esta actividad. En consecuencia, la prehumanística irrumpe en la epigrafía del sureste peninsular importada, probablemente por la influencia que ejerce el foco valenciano, a través de rogatarios integrados en los talleres arquitectónicos y escultóricos que comienzan a asentarse en la región o que se desplazaron para asumir encargos específicos y esporádicos.
Sus autores buscaban en ella las posibilidades ornamentales que ofrece esta escritura pero lo hacen condicionados por el peculiar contexto de producción, dependiente de la producción escultórica y arquitectónica. Los rogatarios de los talleres asentados en la región, destacando la fábrica de la Catedral de Murcia como el principal productor, materializaron una prehumanística caracterizada por la austeridad propia de la epigrafía de un espacio periférico, pero que cumple exitosamente con la búsqueda de un resultado estético nuevo y divergente al gótico a partir de la combinación ecléctica de grafías de diferente procedencia.
Esta austeridad está presente también en las inscripciones atribuidas a rogatarios foráneos que, sin embargo, ofrecen resultados mucho más estilizados que recurren a diferentes recursos como la anexación o las inserciones para embellecer una escritura con un alto valor ornamental.
Al contrario de los rasgos considerados dominantes en la prehumanística, los ejemplos murcianos ofrecen una escritura que no tiende de forma mayoritaria a la verticalidad. Tampoco tienen una presencia destacada las letras características: la M de influencia bizantina y E en forma de épsilon. Por el contrario, son rasgos definitorios de la prehumanística murciana la alternacia de E capital y uncial, la B minúscula agrandada o en forma de Б cirílica y la R con el ojo abierto en la parte inferior. Los rogatarios también recurrieron a ensanchar el trazo de las letras en su extremo y a rematarlos con trazos geminados o formas triangulares como recurso ornamental. A diferencia de lo que ocurre en otros espacios peninsulares, la prehumanística murciana no recurre a formas del alfabeto visigodo, sino que prefiere combinaciones de capitales y unciales de inspiración gótica y carolina con otras soluciones originales.
En suma, las características de los alfabetos prehumanísticos en el conjunto murciano son una muestra más de la diversidad de estos alfabetos, ofreciendo soluciones novedosas y adaptándose al peculiar contexto de producción en el que se desarrolla.
Las particularidades gráficas que esta escritura muestra en el conjunto murciano, algunas no observadas en otros conjuntos regionales, son un argumento a favor para conceptualizarla como un espectro de alfabetos en el que las innumerables combinaciones posibles generan resultados completamente dispares cuyo único elemento común es la búsqueda de una solución alternativa al orden gráfico gótico imperante. Su correcta contextualización en las transformaciones culturales que el humanismo produjo en la Europa bajomedieval resulta esencial para comprender el fenómeno en todas sus dimensiones.
En definitiva, este estudio pone luz sobre una escritura tradicionalmente desatendida por la historiografía nacional en un territorio también ajeno al interés de los estudios en epigrafía medieval, consecuencia de sus particularidades socioeconómicas durante el periodo referido. Nuestras aportaciones contribuirán, consecuentemente, a la definición futura del desarrollo que el fenómeno prehumanístico desempeñó en el ámbito epigráfico del territorio de la Península Ibérica.