Se trata de un brevísimo volumen que pretende introducir al lector neófito en el intrincado, pero apasionante, mundo de la lexicografía latina a través de un rápido recorrido desde el gramático Sexto Pompeyo Festo (s. II d. C.) hasta el siglo XII.
La primera parte del libro proporciona una introducción de carácter teórico que, pese a tener tan solo trece páginas (pp. XI-XXIII), cumple perfectamente con su finalidad propedéutica. En ella, Gatti presenta los diferentes subgéneros que se pueden identificar en la lexicografía latina y los agrupa en dos categorías, a las que denomina «colecciones tradicionales antiguas» y «otras colecciones».
Las «colecciones tradicionales antiguas» comprenden básicamente dos obras que destacan por su complejidad y cuyos representantes son Sexto Pompeyo Festo y Nonio Marcelo. En el caso de Festo, estamos en realidad ante una obra que involucra a tres personajes: Marco Verrio Flaco, el propio Festo y Pablo el Diácono. La obra inicial de Verrio Flaco en 40 libros se ha perdido, pero se ha conservado fragmentariamente el resumen que Festo hizo de ella (De verborum significatu) y, a su vez, el compendio realizado a partir de este mismo resumen por Pablo el Diácono en el siglo VIII (De significatione verborum). La segunda colección «tradicional antigua» está compuesta por el De compendiosa doctrina del africano Nonio Marcelo, redactado en torno al año 400, y que contiene más de 3.400 palabras y expresiones léxicas dispuestas en veinte libros. Asimismo, aunque muchísimo más modesta, se incluiría también en esta primera categoría de obras lexicográficas la Expositio sermonum antiquorum de Fabio Plancíades Fulgencio, llamado el Mitógrafo, autor de la primera mitad del s. VI.
Bajo el nombre genérico de «otras colecciones», Gatti reúne las restantes obras de lexicografía latina agrupadas en cuatro subgéneros: Synonyma Ciceronis, Differentiae verborum, glosarios y Derivationes. Son generalmente anónimas y fueron compuestas con una finalidad escolar, con la idea de proporcionar una ayuda lingüística. Los Synonyma Ciceronis, ampliamente difundidos en la Edad Media, presentan series de sinónimos, ordenados, por lo general, alfabéticamente. Las diferentes obras reciben su nombre según la primera pareja de sinónimos (Abditum opertum, Amor ardor, Orator auctor, etc.). Por otro lado, las Differentiae verborum o sermonum presentan parejas de términos en las que se señala la diferencia que existe entre ellos (inter X et Y interest...). Se identifican a partir de la primera palabra (Inter metum, Inter auxilium, Inter absconditum, etc.) y suelen ser anónimas, aunque conocemos al autor de alguna de ellas, como es el caso de la elaborada por Isidoro de Sevilla. Con todo, el principal subgénero es el de los glosarios, de los que nos han llegado numerosos testimonios. Su origen estaría en las glossae collectae, las anotaciones a los textos que se añadían entre líneas o en los márgenes de los manuscritos. Con posterioridad, se habrían reunido estas anotaciones, es decir, la palabra del texto base y la interpretación correspondiente. Después se habrían ordenado alfabéticamente a partir de la primera letra de cada término, lo que dio lugar a los glosarios alfabéticos. Con el tiempo se fueron integrando en otros glosarios o enriqueciendo con glosas de diversa procedencia. De hecho, algunos glosarios ya son en origen compendios de obras de carácter lexicográfico. Rara vez se atribuyen a un autor, si bien son una excepción los que circulan bajo el nombre de Plácido, de Ainardo y, sobre todo, el contenido en el libro X de la Etimologías de Isidoro de Sevilla. Presentan un alto grado de contaminación entre ellos y no es fácil clasificarlos, pero se pueden distinguir algunos de carácter genérico frente a otros que se circunscriben a un campo semántico particular, a un autor o a un texto de partida. Incluso los hay bilingües. Si bien proceden de la Antigüedad Tardía y de toda la Edad Media, los glosarios conservados fueron producidos, por lo general, entre los siglos VI y IX. Siguen siendo de referencia obligada las ediciones de Georg Goetz, Corpus glossariorum Latinorum (1888-1923, 7 vols.) y de Wallace Martin Lindsay, Glossaria Latina (1926-1931, 5 vols.). Por último, el subgénero de las Derivationes procede de la compilación elaborada en el siglo XII por el monje Osberno de Gloucester. Su Derivationum liber es una riquísima colección dedicada a las etimologías, a las palabras derivadas y compuestas. Poco después, se publicarían las Derivationes de Uguccione de Pisa, que acabarían desbancando a las de Osberno.
Se cierra la primera parte del libro con una bibliografía (pp. XXV-XXVIII) que recoge las principales ediciones de textos lexicográficos y los estudios más importantes. Entre las publicaciones que han visto la luz con posterioridad a la aparición del libro de Gatti, cabe citar el vol. 2-1 (libro IV [A-F]) del De compendiosa doctrina de Nono Marcelo [ed. Paolo Gatti, (Florencia: SISMEL - Edizioni del Galluzzo, 2022)], por lo que únicamente falta el vol. 2-2 (con la segunda parte del libro IV) para disponer de una nueva edición crítica completa de esta obra, al que se sumará un vol. 4 de índices (el vol. 3, que contiene los libros V-XX, ya se publicó en 2014). Asimismo, ha aparecido una nueva edición del libro X de las Etimologías de Isidoro de Sevilla [ed. Carmen Codoñer (París: Les Belles Lettres, 2023)]. Y, desde principios de 2024, se puede consultar el Corpus Glossariorum Latinorum Online (https://publikationen.badw.de/en/cglo/index), proyecto dirigido por Adam Gitner y Franck Cinato.
La segunda parte de libro ofrece una utilísima antología de textos. En cuanto a las llamadas «colecciones tradicionales antiguas» (pp. 3-8), encontramos ejemplos de Festo y Pablo el Diácono, de Nonio Marcelo y de Fulgencio el Mitógrafo. Con respecto a Festo, se presenta una breve sección de la letra N, seguida del epítome realizado por Pablo el Diácono, lo que permite visualizar los cambios efectuados entre una y otra obra. A continuación, se recogen ejemplos de las obras agrupadas bajo el epígrafe «otras colecciones» (pp. 9-36). De los Synonyma Ciceronis se ofrecen pasajes de cuatro opúsculos: Amor, ardor; Arba, humus; Abditum, opertum y Accusat, lacescit. Con respecto a las Differentiae verborum (pp. 15-19) se recogen fragmentos de las Differentiae Probi y de las colecciones Inter auferre e Inter absconditum. Ahora bien, los glosarios son el género más y mejor representado en esta antología de textos, pues se citan pasajes de doce de ellos (pp. 20-34): el libro X de las Etimologías de Isidoro de Sevilla; el Liber glossarum; el Elementarium doctrinae rudimentum de Papías; el glosario virgiliano Arma; el glosario bilingüe latino-griego Abavus; el del maestro africano Plácido; el del monje Ainardo de Saint-Èvre; las Glossae Nonii; el glosario latino-griego de Pseudo Filoxeno; un glosario de peces contenido en los Hermeneumata Celtis; el Corpus Glossary y un ejemplo de los conocidos como Voces animantium. Con respecto a las Derivationes (pp. 35-36), la antología incluye pasajes de Osberno y de Uguccione.
Como colofón, se reimprime un artículo de Ferruccio Bertini, La tradizione lessicografica latina fra Tardo Antico e Alto Medioevo (pp. 39-54), publicado por primera vez en 1981 y reeditado en 2011. Puede llamar la atención que se vuelva a imprimir por tercera vez, pero sigue siendo un trabajo de referencia obligada que marcó la senda que debían seguir los estudios de lexicografía latina de las últimas décadas. Es, asimismo, un homenaje a la figura del profesor Bertini. Finalmente, el libro de Paolo Gatti se cierra con un práctico «Indice degli studiosi» (pp. 55-57).
En definitiva, se trata de una sucinta, pero excelente introducción al mundo de la lexicografía latina que combina a la perfección teoría y ejemplos. Nos parece todo un acierto que la colección «Galluzzo paperbacks» la haya incluido en su catálogo.